El Libro Blanco de la profesión docente, es un documento en el que se exponen una serie de informaciones y propuestas, ordenadas con el fin de dar lugar a un debate y ayudar a las personas que deban decidir sobre un tema. Contiene análisis detallados sobre la educación de un país o región, desafíos y diagnóstico problemas, así como recomendaciones para abordarlos.
El Libro Blanco de la profesión del docente está escrito por: José Antonio Marina, Carmen Pellicer y Jesús Manso.
En un mundo que va evolucionando y se va desarrollando rápidamente. La escuela ha de cambiar para acomodarse este mundo acelerado y participar en una sociedad en permanente mutación. No hay que cambiar solo para mejorar los resultados actuales. El cambio y el aprendizaje es constante.
Se debe fomentar en el alumnado para hacer efectiva la misión ética de la educación (formar buenos ciudadanos), la misión intelectual de la educación (desarrollar el talento de los alumnos) y la misión práctica (preparar para la inserción laboral).
Doug Ross, Secretario de Empleo y Formación del Gobierno de Bill Clinton, afirmó con razón: “Los nuevos pobres serán aquellos que no puedan o no quieran aprender”.
El Libro Blanco, consta de 20 propuestas para realizar una mejora de la educación, muchas de ellas se dirigen a la formación del docente tanto antes de comenzar a ejercer, así como, durante su profesión. También, habla de como incentivar la motivación del profesorado, que iría dirigido a mejorar reconocimiento y prestigio, que se les valore y respete.
En cuanto a las propuestas del libro Blanco. A mi me ha llamado la atención la undécima. Ésta habla sobre la comparativa de la educación española con otros países y de cómo podríamos cambiar el método de enseñanza conociendo nuestros puntos fuertes y debilidades, sin ignorar la diferencia de cultural, económica y sociales de los países con los que nos comparemos para llevar a cabo los cambios que se quieran realizar. Me ha llamado la atención porque creo observar diferencias te hace repensar lo que te parece eficaz o no a la hora de mejorar.
Yo, por ejemplo, fui de Erasmus a Italia en la universidad y los exámenes se hacían orales, te entra pánico a la hora de enfrentarte a un profesor, encima en otro idioma, pues por supuesto que sí. Se te va quitando el miedo escénico, hay mas contacto profesorado-alumnado y el alumnado luego no tiene miedo a preguntar en clase al menos lo que yo viví.
También, muchas veces, observo en España que cuando realizas una presentación para toda la clase o expones un TFG, siempre buscas más allá de la información que tienes que exponer por si te hacen alguna pregunta a pillar, ya que se nota en la mirada cuando manejas o no del tema o las dudas que puedes llegar a tener, o únicamente porque si te preguntan quieres explicar bien para que otro compañero o compañera te entienda.
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